
Las tres rupturas en el peronismo bonaerense: Kirchner vs. Duhalde, el Frente Renovador de Massa y el Desdoblamiento de Kicillof
El peronismo en la provincia de Buenos Aires es, desde hace décadas, el actor político más influyente en el principal distrito electoral del país. Pero esa he...
El peronismo en la provincia de Buenos Aires es, desde hace décadas, el actor político más influyente en el principal distrito electoral del país. Pero esa hegemonía no se mantuvo sin tensiones internas. A lo largo de los últimos veinte años, hubo tres rupturas clave que marcaron un antes y un después en la dinámica del Partido Justicialista bonaerense, con efectos nacionales. Néstor Kirchner contra Eduardo Duhalde en 2005, Sergio Massa rompiendo con el kirchnerismo en 2013, y más recientemente Axel Kicillof anunciando el desdoblamiento electoral en pleno clima de tensión con la conducción nacional del PJ.
Kirchner contra Duhalde, la ruptura fundamentalEl primer gran quiebre se dio en 2005. Néstor Kirchner, que había llegado a la presidencia con el respaldo clave de Eduardo Duhalde, decidió confrontar abiertamente con su padrino político. La disputa se cristalizó en la provincia de Buenos Aires con la creación de una lista de candidatos propios encabezada por Cristina Fernández de Kirchner para enfrentar a Hilda “Chiche” Duhalde en las elecciones legislativas.
Aquella interna no fue simbólica: fue una batalla por el control real del peronismo. Cristina Kirchner ganó con claridad, y esa victoria fue el desplazamiento del duhaldismo como fuerza dominante en la Provincia. El kirchnerismo tomó el control del PJ bonaerense y comenzaba una nueva etapa de centralización del poder político desde la Casa Rosada.
Massa se rompe y lanza el Frente RenovadorLa segunda ruptura llegó ocho años después. En 2013, Sergio Massa, entonces intendente de Tigre y exjefe de Gabinete de Cristina Kirchner, decidió romper con el kirchnerismo y lanzar su propio espacio: el Frente Renovador. El detonante fue el desgaste del gobierno nacional, el malestar social creciente y la decisión del oficialismo de no abrir el juego interno.
Massa encabezó una lista propia en las elecciones legislativas y logró una victoria clave en territorio bonaerense, derrotando al candidato del kirchnerismo, Martín Insaurralde. Su figura se convirtió en una alternativa al oficialismo y, por un tiempo, en el principal opositor dentro del universo peronista. Fue una ruptura que expuso las limitaciones del kirchnerismo para contener a los liderazgos locales cuando el poder central comenzaba a mostrar signos de agotamiento.
Kicillof se diferencia y tensa la unidadLa tercera fractura está en pleno desarrollo. El gobernador Axel Kicillof, uno de los dirigentes más cercanos a Cristina Kirchner, comenzó a tomar distancia del armado nacional del PJ tras la derrota de Unión por la Patria en las elecciones presidenciales de 2023. En medio de disputas internas por la conducción del peronismo y el rumbo opositor, Kicillof se sorprendió al anunciar que evaluar desdoblar las elecciones bonaerenses, lo que implicaría despegarse del calendario nacional.
El anuncio cayó como una bomba en el peronismo: algunos lo leyeron como una jugada para garantizar su propio poder territorial, otros como una señal de ruptura con La Cámpora y Cristina. El trasfondo es claro: en un contexto de crisis, recortes y avances del gobierno libertario de Javier Milei, Kicillof busca afirmarse como referente autónomo de un peronismo que aún busca su nueva identidad.
Las tres fracturas muestran que, lejos de ser un bloque homogéneo, el peronismo bonaerense es un espacio en permanente disputa, donde las tensiones entre lo nacional y lo provincial, entre el liderazgo vertical y las construcciones territoriales, nunca se terminan de resolver. La historia reciente demuestra que, cuando se rompe el equilibrio, las consecuencias pueden reconfigurar no solo al peronismo, sino a todo el sistema político argentino.