Roma amaneció con un aire distinto. Las campanas de la Basílica de San Pedro resonaron con un tañido solemne, anunciando al mundo la partida del Papa Francisco. En la inmensa explanada vaticana, entre miles de fieles que comienzan a llegar para despedir al pontífice argentino, un pehuajense se hizo presente: José Pelayo, que de manera casual y por una visita familiar, se encontraba por estos días en Roma.

Pelayo, llegó a la Plaza San Pedro unas horas después de que se confirmara el fallecimiento del Papa a las 7:35 de la mañana, hora de Roma. La multitud, compuesta por peregrinos de todas partes del mundo, se congregaba en torno a la Basílica, donde en los próximos días se llevará a cabo el velatorio público.

La imagen de Jorge Bergoglio recorriendo la Plaza en su papamóvil apenas un día antes, saludando a los fieles con un gesto de despedida que en ese momento nadie imaginaba definitivo, quedará grabada en la memoria de quienes lo vieron.

Mientras el Vaticano se prepara para el cónclave que elegirá a su sucesor, la Plaza San Pedro sigue siendo el epicentro del duelo.

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