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La decisión del Municipio de Pilar de aumentar al 2% la tasa que pagan los supermercados, hipermercados y grandes centros comerciales generó un fuerte cruce entre el intendente Federico Achával, el Gobierno nacional y el sector empresario. La medida volvió a poner en debate el esquema tributario que enfrentan los municipios en el actual contexto económico.

Achával explicó que el incremento responde a la ampliación de competencias que hoy deben asumir los gobiernos locales, como salud, educación, seguridad y obra pública, sin el acompañamiento financiero de la Nación. Según señaló, la falta de transferencias nacionales obliga a los municipios a fortalecer sus recursos propios para sostener la gestión.

En ese marco, el jefe comunal condicionó cualquier baja de tasas a una reforma impositiva más profunda, con eje en el IVA. Remarcó que los municipios pagan el 21% de ese impuesto en bienes y servicios esenciales, pero no tienen mecanismos para recuperarlo, lo que genera un fuerte desbalance fiscal.

Achával detalló que Pilar pagará este año cerca de 55 mil millones de pesos en IVA, mientras que por el régimen de coparticipación solo recupera una parte. Esa diferencia, afirmó, impacta directamente en la capacidad del Municipio para invertir en políticas públicas y obras de infraestructura.

El intendente aclaró que la tasa no alcanza a los comercios de cercanía, sino únicamente a grandes superficies y centros comerciales. Los recursos recaudados, sostuvo, se destinan a sostener hospitales municipales, reforzar el sistema de seguridad y ampliar la inversión educativa como eje central de su gestión.

Finalmente, defendió el uso de las tasas municipales al destacar las obras paralizadas desde el inicio del actual gobierno nacional, entre ellas asfaltos, escuelas, hospitales y la construcción de una universidad. En ese sentido, afirmó que los tributos deben volver al vecino en servicios y políticas públicas que mejoren su calidad de vida.